martes, 11 de abril de 2023

Lacan Aún. Presentación. María Teresita Pullol

Posted By: LETRADUCCIONES - abril 11, 2023

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Tomaré la palabra desde Letraducciones en tanto que mi trabajo aquí fue la traducción de Lacan Aún. Y lo que captó nuestra atención para publicar esta obra, fue  no sólo que fuera un análisis con Lacan, sino que el (des)encuentro de las lenguas, la experiencia que atravesamos en la traducción como rasgo en nuestra editorial, esté atravesando todo el libro- Una brasilera va a analizarse con Lacan en francés-.

El año pasado fue publicado en Brasil como Lacan ainda , y en Francia como Pourquoi Lacan. El  título en francés es  una pregunta, Betty responde algo en su libro… Y quizás el título que aquí le dimos también sea una respuesta , Lacan aún. La sala colmada, con gente  de  pie, y  que ha llegado de tantos lugares, habla de ese aún , insistencia de la letra de  Lacan.

Los recorridos del deseo van tomando laberintos, muchas veces babelianos.   Transitar en el (des)encuentro de las lenguas, permite que frente a un proyecto editorial podamos  entendernos y desentendernos en varias.  Algo de  esto sucedió con este libro, el acercamiento a  Betty Milan en portugués, a la pelicula Adieu Lacan y su director en inglés, y a la editorial francesa en francés.  Cuando nos juntamos a comentar la película junto a su director y a Betty, ella preguntó: Y en qué lengua iremos a hablar? En todas, le respondimos. Pusimos en acto una babeliana reunión.  Como lo marca Lacan en  L´insu, no se puede hablar de una lengua más que en otra lengua

Varias coyunturas hicieron llegar a la hechura de este libro. Uno fue la investigación que hicimos para el libro Ahí viene Lacan: recorriendo y leyendo diferentes carpetas con documentos y actas, en una de las reuniones entre  instituciones, del año 1985,  referían que se podría hablar con Betty Milan, traductora de Lacan en Brasil.

Carlos también me alcanzó los textos de Betty;  así hice para el Cartel de Biblioteca de  la EFBA una primera traducción de una de sus entrevistas, la realizada a Alain Didier Weill. Cuando apareció Lacan ainda en Brasil, el año pasado, lo encargué y  me llegó un tiempo antes de que  se estrenara Adieu Lacan.

A través de otros velos, velos que también recorren el libro, Betty fue dando a conocer su análisis con Lacan. Fue  rodeándolo, hablando de él hasta que se  precipitó en esta escritura. Ella misma lo indica al comenzar el relato, cuando un editor le pidió hablar sobre su análisis: el sobre la asustó, y decidió ficcionalizar. Desde allí surgieron El loro y el doctor, hace 40 años, una novela, y la pieza teatral Goodbye doctor: ambas fueron la base de lo que a lo largo de este año pudimos ver en las proyecciones de Adieu Lacan, de Richard Leades.

Una gran intervención que marca el libro es “Tal vez pueda hacer de mi renombre, un nombre”, una intervención del “doctor” como ella lo llama , que es una invitación y una nominación. Por eso digo que es una  experiencia hecha libro, que fue revelándose, poniendo y quitando los velos que forman parte de la historia de  Betty, a modo también de freudianas capas de cebolla. SI primero tuvo que  ficcionalizar -aún más- , para tomar cierta distancia, ya que según ella la transferencia era muy grande, esa transferencia fue cambiando de registro hasta que pudo salirse  del personaje y nominarse en un acto, con la frase con la que comienza el libro: Me analicé con Lacan.

Una palabra recorre la obra, palabra que decidí no traducir: saudade. Aunque  la RAE  la define como: “Soledad, nostalgia, añoranza” y la ha aceptado y castellanizado, saudade es del portugués. Es y no es morrinha, es y no es nostalgia,  y quisimos  dejar constancia  del intraducible que porta la lengua materna del texto. Porque saudade  expresa un sentimiento y un afecto, muy cercano a la melancolía, enlazado por determinada distancia temporal o espacial hacia algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia. A menudo conlleva la certeza de saber que aquello que se extraña quizás nunca volverá.  Luiz-Olyntho Telles da Silva en nuestro próximo libro “Traducir en la tragedia” se pregunta ¿Cómo traducir al inglés la palabra “saudade”? Serían necesarias, dice, al menos cuatro palabras: remembrance, love, grief y longing. Remembrance, love y longing son palabras más conocidas, pero grief es menos cotidiana, y quiere decir: “pesar, dolor y duelo”; longing, de modo opuesto, remite a “ansias”.

 El escritor portugués Manuel de Melo la definió como “bien que se padece y mal que se disfruta”. Si hay algún psicoanalista en la sala, podrá sacar algunas conclusiones.

Betty tenía, sentía, vivía, saudade. Esa es la palabra que no le  puede decir a Lacan, porque no está en francés. “No entienden lo que digo, no están las palabras”, se lamenta.  Como si algo de lo umheimlich se presentificara, una forma  de exilio que se llama extrañamiento.  Esto de lo lejano como lo extraño, como aquel lugar en donde el lenguaje no tiene morada y en donde algo de lo Real retorna en su dimensión inquietante que pertenece  a lo más íntimo del ser del sujeto y que toca la lengua materna: “La patria es el lenguaje” decía Thomas Mann en su exilio.

Claro que no aludimos al hablar de una madre, sino  a aquello que del Otro puede recortarse como el movimiento primordial de un lenguaje, movimiento en donde las palabras permiten llamarse idioma natal.

Luego de una sesión nos cuenta Betty: “Con la palabra “saudade” y la lengua natal en mi corazón, el Doctor me dejó ir. Después de haber sido una brasilera que hablaba portugués sin ser consciente de su relación con la lengua, acababa de darme cuenta de que sólo en ella pisaba tierra firme. Fueron muchas sesiones para llegar a esta nueva conciencia, pero esto fue decisivo. Mi lengua era el portugués de Brasil y yo quería vivir en ella”

Lacan Aún, y aun, lo encontrarán como ambos, con tilde y sin tilde, porque los adverbios tienen dos dimensiones;  una dimensión lo implica en tanto sigue resonando, en ese aún, el sentido de todavía, esa dimensión temporal en donde Lacan sigue insistiendo, y en ese aun sin tilde, que implica un incluso, que en portugués también porta la dimensión del incluido y adentro.  Lacan encore, Encore fue pronunciada por Lacan para transmitir ese en corps…

Y cada libro en Letraducciones, toma cuerpo: cubierta e interiores  se entretejen con la escritura, por eso quiero agradecer a las dos hadas del diseño que nos acompañan:  Ailin Cáceres Pullol   y Celina  Kuschnir.  Antes de  realizar el diseño, nos escuchan  lo que ese libro trae para nosotros, y luego de leer y releer cada libro, traen diferentes soportes creados singularmente. La materialidad de la letra puesta en acto. Lacan aún “refleja” en su cubierta, Imaginaria, por cierto, las diversas tensiones entre las que se encontraba la autora. En los interiores sigue el espejado.  

Encontrarán un objeto, un colgante que usa Betty, con el cual Lacan hace una intervención magistral,  contraria a lo que una terapia de autoayuda o de  aquellas que agarrándose de palabras de moda como “soltar”, por ejemplo, indicaría… “es solo un objeto”.  Si,  Lacan toma el objeto y la invita a hacer causa con él. Betty lo toma.  Para este objeto, que era un colgante,  utilicé al traducir, la palabra dije,  condensando algo de la palabra y la cosa que  en portugués no sucedía.  Eso metido adentro, se lo traje en castellano. Una palabra adentro de otra, como Joyce pretende, analogando el lenguaje al inconciente, que pueda suceder todo al mismo tiempo.

Ese  dije  atraviesa  el diseño del libro en cada página. Por eso, con estas diseñadoras en el equipo, nos reactualizamos la pregunta ¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis? Al menos ellas, pueden hacer una lectura analítica..

Lacan aún, en corps, ese cuerpo que goza, no sin saudade.  De esto también se trató nuestra decisión de mantener algunos intraducibles, resistiéndonos a globalizar la lengua, como dice Bárbara Cassin. Sabemos que siempre algo se pierde en la traducción, y en eso puedo afirmar como lo he dicho en otro momento, no hay relación textual. El malentendido es constitutivo

Betty anhela comer un pé- de- moleque, que es un turrón hecho con miel, azúcar, maní;  un turroncito blando. Podríamos haber puesto una barrita de cereales, sí, un turrón, incluso un bom o bom, para hacerlo más local. Pero en ese  pé- de- moleque hay casi una intervención lacaniana. Pé- de- moleque, pie de niño, de niño travieso, cuenta cómo el lenguaje trae en la homofonía diversos sentidos.  Para su nombre se habla de un posible origen: cuando los vendedores ambulantes de antaño llevaban las fuentes llenas de estas barritas, los niños traviesos, “os moleques”,  se los quitaban . Para no ser acosados, les gritaban a estos que los pidieran, que no necesitaban sacar:
-¡Pede, moleque! (¡pedilo, niño!)

Si hubiera traducido turrón, se hubiera perdido esta historia detrás. Siempre  hay algo que  se pierde en la traducción, intentamos que esa pérdida sea propiciatoria.

Así,  el análisis de Betty con Lacan  va contando cómo la lengua es el lugar que habitamos. Y un qué poder hacer con ella. Ella encontró un saber hacer en la traducción. La traducción  nos permite transitar la diferencia, el (des)encuentro.

Invito fervientemente a leer Lacan aún. Muchos dijeron que es una joyita, una perla; yo ahora prefiero decir que es un precioso dije.

María Teresita Pullol

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